Comienzos

Escribo sentada en la terraza, con los ojos cerrados por instantes mientras en mi cuerpo late este granizo que golpea las ventanas.
Huele al alma sangrante de Gaia, y un impulso animal me invita a arrodillarme y pedir perdón. 
Disculpa a esta humanidad errante que te condena, que trata de doblegarte como si existiera el modo. 
Siento su furia instintiva, sus golpes como reacción forzada. 
Su rabia es mi rabia.
No está hecho para mí este gris cuando en mi vientre grita la vida. Roja, verde, azul, blanca.
Soy la naturaleza y la tierra y mi interior también florece con la lluvia.

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