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Aún hay marcas en mi espalda, 

heridas que sangran, 

dolor, desidia, desesperanza.


Me protejo de mis miedos

y escondo mi inseguridad

disfrazando esta tristeza

bajo la furia y la rabia.


Sigo siendo marioneta 

de alguien que desconozco, 

y mientras mueve sus hilos 

yo espero dentro del foso.


Me niego a tomar partido, 

a devolver la estocada 

aunque dentro de mi pecho 

la coraza se encuentre en vilo.

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