XIII

Me remuevo en espiral frente a tus restos, a la sombra de lo que fui en la época más sombría.
Me encuentro dardos en mi travesía, espigas como puñales, caricias que escuecen, palabras que hieren.
Me agota esta carrera permanente, un sprint final ininterrumpido. Nunca quise correr detrás del miedo, detrás de mí, detrás de nadie.
Y, sin embargo, perpetuamente estoy sin ser en esta condena sin cierre.

Comentarios