XV

Repaso esta llaga con cautela, deleitándome con la acidez de la marca de tus dientes. Mi cuerpo vuelve a nacer en este roce, en la placentera espera y la ardiente intensidad que nos abraza.

No formar parte de todo esto es una manera de seguirlo haciendo. De alguna forma conecto con una vida paralela en la que el deseo es siempre un ahora. Bailo en sintonía con mis ancestros, con tu piel empapada de mi saliva. Alzo el vuelo como un cóndor porque soy también toda esta naturaleza animal que nos dibuja.

No me elevo por las palabras, gestos o decisiones ajenas, sino por esta capacidad de sentir que es sólo mía.

Es mía la ebullición. El borboteo. El arañazo. La incertidumbre. Son míos todos los matices que reverberan en mi hipotálamo. Todas las risas y la emoción que no manejo a mi antojo pero experimento.

Estoy en el presente por esta capacidad de sentir.

Que es mía.

Sólo mía.

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