XVIII

Ojalá poder soltar esta ansiedad que me devora, ser yo quien define los límites y no dejarme llevar por su incapacitante fortaleza.
Quisiera pasear tranquila bajo la luz de la luna sin un intermitente bombardeo de miedos y traumas galopando por mi memoria.
Pero no puedo combatir el nudo en el estómago, la tensión en mi laringe, la saliva bloqueada en mis papilas y una voz susurrando veneno.
No quiero luchar contra un monstruo que siempre ganó la batalla.

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